PUCALA: REFORMA AGRARIA Y CRISIS EMPRESARIAL
LA ACTUAL EMPRESA AZUCARERA ADJUDICATARIA DE LA REFORMA AGRARIA Y SU CRISIS PERMANENTE
Equipo de investigación de ABDA
Pucalá es un emblemático distrito ubicado en el departamento de Lambayeque, en el cual se constituyó en marzo de 1908 la Sociedad Agrícola Pucalá que desarrolló una importante actividad en la zona, dedicándose al cultivo e industrialización de caña de azúcar, en un auspicioso negocio para el cual contaban con un accionario conformado por un 70% de capitales nacionales y aproximadamente el 30% de inversionistas extranjeros.
Hacia 1968 año en que se dictó la Ley de Reforma Agraria, la empresa contaba con una extensión territorial de 35,887 hectáreas de las cuales 8,487 hectáreas estaban cultivadas con caña. Su producción anual bordeaba las 95,000 toneladas de azúcar, la reforma agraria inició un proceso de cambios sin un horizonte específico, es así como mediante Decreto Supremo Nº 046-70-AG del 3 de marzo de 1970, le fueron expropiadas 12,351.20 hectáreas, a las que se sumaron 30,226.23 de la Hacienda Batán Grande, que se consolidaron en la Cooperativa Agraria de Producción Pucalá Nº 36.
La administración de la Cooperativa Pucalá no pudo adaptarse a los procesos cíclicos y competitivos en los que se había desarrollado el sector azucarero y que los anteriores propietarios habían aprendido a manejar con eficiencia, adicionalmente los conflictos internos no resueltos constituyeron un obstáculo para la viabilidad empresarial, por ello el gobierno militar se vio en la necesidad de dictar una serie de dispositivos para tratar de dar solución a la crisis de la gestión cooperativa.
Estos problemas fueron profundizándose y a partir de la década del 80 la producción de azúcar decayó de manera tal que Perú, de haber sido un exportador exitoso de azúcar, se convirtió en un importador más, Pucalá también fue afectada con la crisis productiva.
Es en el gobierno de Alberto Fujimori que se dictó el Decreto Legislativo Nº 802 denominado Ley de Saneamiento Económico Financiero de las Empresas Azucareras Agrarias, las que se vieron en la necesidad de transformar su organización empresarial hacia un modelo societario mixto con accionariado privado y del Estado.
Sin embargo, así como la reforma agraria sufrió las consecuencias de una sesgada visión del Estado respecto al sector agrario, el sector azucarero sufrió también las deficiencias de la visión estatal respecto a la conversión empresarial, dado que un simple cambio en la propiedad de la empresa no garantizaba una solución, era necesario hacer más, recuperar los niveles productivos dentro de una gestión eficiente.
Las deficiencias en la aplicación del modelo societario jugaron en contra de las nuevas empresas azucareras, la falta de liderazgo y objetivos en algunas de ellas no permitieron la consolidación de modernos modelos de gestión, es así como se introdujeron inexplicablemente esquemas de administraciones judiciales que, ignorando elementos básicos de una gestión comprometida, sólo se dedicaron, en la práctica, a llevar a la empresa al borde del precipicio.
Es con este esquema de gestión, donde el juez se convertía en una suerte de accionista y director de la empresa, en el que Pucalá se ha venido desarrollando los últimos años con un insuperable record de incidencias policiales y judiciales, asesinatos y caos administrativo que han enarbolado una negativa visión de la empresa.
Dentro de los embates de la crisis, un importante grupo de trabajadores de la empresa Pucalá ha anunciado públicamente el inicio de un proceso de consolidación y unificación de sus acciones con la finalidad de sumar esfuerzos con otros accionistas responsables y establecer una vía de reconstrucción empresarial, dentro de caminos de eficiencia, transparencia y gobierno corporativo.
Se podría decir que la actual empresa Pucalá es la muestra tangible del fracaso de la reforma agraria y puede ser cierto, pero al final eso no es lo único que cuenta, dado que la realidad actual requiere reivindicar la empresa y posicionarla dentro del sector, eliminando los nocivos esquemas de administraciones judiciales y malos manejos que sólo han traído delincuencia, desorden y desolación.
Por ello la recuperación de la empresa Pucalá es una necesidad social, para ello es necesario el saneamiento patrimonial y el control de sus obligaciones, es decir el ingreso a la formalidad, sólo a través de procesos serios es que finalmente la empresa podrá convertirse nuevamente en un importante polo de desarrollo de la región.