ASÍ SE REACTIVÓ LA AGRICULTURA EN EL PERÚ

ASÍ SE REACTIVÓ LA AGRICULTURA EN EL PERÚ

TESTIMONIO DEL ING. LUIS GAMARRA SOBRE EL FIN DE LA REFORMA AGRARIA Y EL RENACIMIENTO DE LA AGRICULTURA EN EL PERÚ.

Luis Gamarra Otero

Ingeniero Agrónomo

Dos veces en nuestra historia republicana el Perú se vio ante la disyuntiva de enfrentar tan graves crisis que hasta podían poner en peligro su existencia como país soberano. La primera fue la guerra del Pacifico y la segunda, la incursión del comunismo internacional escondido tras el golpe militar de Velasco. En ambos casos el destino quiso que fuera el sector agropecuario quien iniciara la decisiva etapa de recuperación. El siguiente es el relato de cómo se gestó la promulgación del Decreto Legislativo 653, dando inicio a 30 años de progreso que cambiaron la historia del Perú.

Tal vez desde la época posterior a la guerra con Chile, no ha habido otra etapa de similar auge económico que la que se inicia como consecuencia de este Decreto. Los cuadros que sustentan sus resultados y que se adjuntan al final de esta reseña son contundentes y no admiten discusión. No recuerdo exactamente la fecha, pero debió ser por las primeras semanas de Julio de 1991.

LOS INICIOS DEL PROYECTO

Me encontraba en un directorio cuando se acerca la secretaria y en voz baja me comunica que en el teléfono estaba un señor Rodríguez Pastor que desea hablar urgente conmigo. Le pregunto si era Carlos y ante su afirmación pido permiso y me levanto de inmediato para atender la llamada. Carlos Rodríguez Pastor era un amigo de la infancia que destacó desde temprano en su especialidad como abogado, economista y ocupó importantes cargos directivos de la política económica nacional.

Después de los correspondientes saludos me comunicó el motivo de su llamada. Carlos Boloña, Ministro de Economía en funciones deseaba hablar conmigo porque quería concertar una reunión. Que se había permitido darle mi teléfono particular y él me estaría llamando en pocos minutos. Me dijo que se trataba de un asunto urgente y cuando le pedí más detalles me respondió que prefería que el mismo Ministro me los diera. Y así sucedió. Intrigado sobre todo por eso de la “urgencia”, proveniente de un importante personaje político con el que jamás había cruzado palabra, esperé impaciente. Al cabo de unos minutos entró la llamada de Carlos Boloña.

EL PROYECTO: EL FIN DE LA REFORMA AGRARIA

La urgencia era para trasmitirme que el Presidente Fujimori había decidido terminar de una vez con la Ley de Reforma Agraria, que evidentemente era una traba para el desarrollo nacional. Me expresó que deseaban mi presencia en el Ministerio de ser posible esa misma tarde, para trabajar con un grupo seleccionado de técnicos en la redacción de un proyecto de decreto para este fin. Que por la experiencia que tenía en este tema sería muy importante mi participación.

El Gobierno había obtenido del Parlamento Nacional la delegación temporal de Facultades Legislativas y la urgencia residía en aprovechar dicho plazo, en que no era necesario pasar por el parlamento, donde se generarían interminables discusiones, que probablemente harían abortar o desnaturalizar el proyecto. La oportunidad era evidente. Desde el primer momento mi intención fue declinar la invitación. Yo tenía, extra política, marcadas diferencias con Fujimori y conocía de cerca su difícil y controvertido temperamento. Pero no quise, por delicadeza hacerle este comentario al Ministro y más bien esgrimí otro argumento, también cierto, para justificar mi declinación.

Una comisión con la participación-n de gran cantidad de “tecnócratas” que poco entendían de agricultura, con el “chip” de la Reforma Agraria rondando todavía en sus cerebros y con la adicción de complicar las cosas en base a reglamentos y requisitos, lo único que provocaría sería hacer fracasar las buenas intenciones, enredándolas y el documento que saliera sería un mamotreto impracticable. Esto ya le había pasado a Belaunde con su Decreto Legislativo Nº2, que en vez de mejorar había empeorado la situación, el agro seguía deteriorándose y la producción continuaba en caída libre.

Le comenté, además, con el lenguaje más diplomático posible, que ya había pasado varias veces por esta experiencia y que los documentos redactados con la buena voluntad de muchos colaboradores, o iban al canasto o los modificaban añadiéndoles requisitos claramente anti empresariales. Todo esto se lo decía sin darle nombres, pero conocía a varios de sus asesores y sabía cómo pensaban y en estas circunstancias y tratándose de un asunto crucial para el país no podía quedarme callado. No comentó el Ministro mis observaciones y se limitó a decirme que vería que hacer y que de todos modos me agradecía el que lo hubiera atendido.

LAS PRIMERAS REUNIONES

Mi primera impresión fue que Boloña no había recibido bien mis comentarios, que lo habían disgustado y por un momento pensé que me había excedido, pero no fue así. Al cabo de un rato recibí la llamada del Ing. Ramón Remolina, para comunicarme que, con la aceptación del Ministro Boloña, la reunión se realizaría fuera del Ministerio, en el local del Banco de Crédito, de donde él era asesor económico, con solo las personas seleccionadas por nosotros. Que estarían presentes, Javier Arribas con amplia experiencia agraria y financiera y Carlos Arribas conocedor a fondo de los problemas de la agricultura de nuestra región Amazónica además de él y yo. Si era de mi opinión podían llamar a alguien más. Que contaríamos con el asesoramiento de un abogado del Banco y que por favor aceptara y que me esperaban a la siete de la noche. Que el Ministro Boloña confiaba en nosotros.

Mi opinión fue que las personas nombradas eran de primera, conocían perfectamente que puntos tocar, no se necesitaba más y como teníamos que trabajar contra el tiempo, cuantos menos mejor. Si es que tuviéramos que llamar a alguien más ya lo veríamos La única observación que me permití hacer fue que no me parecía buena la idea de la colaboración del abogado propuesto. Que necesitaríamos un jurista empapado en estos temas, pues se tendría que redactar a marcha forzada un documento de enorme importancia y no podríamos correr el riesgo de fallar o equivocarnos.

Me dio la razón y me pidió mi recomendación sobre la persona adecuada. No dudé y mencioné al Dr. Armando Buendía, abogado que dominaba el tema de Reforma Agraria pues la había sufrido en carne propia y como asesor legal de muchos agricultores. Le pareció excelente y se comprometió en comunicarse de inmediato con él. A los pocos minutos me volvió a llamar para informarme que el Dr. Buendía estaba en camino a la reunión.

La invitación del Ing. Remolina era una orden para mí, se trataba de un gran conocedor del agro nacional, con amplia experiencia y sobre todo de un gran señor que todos- respetaban. A las siete de la noche estaba ingresando a las oficinas del Banco en La Molina y me esperaba un joven que me condujo directamente al salón donde ya estaban reunidos los demás invitados. Cinco personas teníamos la responsabilidad de elaborar un documento base que podría cambiar nuestra historia.

Lo que me había imaginado que iba a ser un arduo trabajo resultó algo más sencillo, porque todos teníamos muy claro cuáles eran las trabas y sabíamos que correcciones eran las necesarias, todos pensábamos prácticamente igual. Decidimos hacer primero la relación de los puntos clave y luego las precisiones para evitar que fueran distorsionados.

EL PROYECTO TOMA CUERPO

A las 10 de la noche el trabajo había concluido. La necesaria ley para frenar 22 años de constante caída del agro, a nuestro entender debería contemplar obligadamente los siguientes puntos:

  • Garantizar la seguridad jurídica sobre la propiedad de las tierras. Los derechos sobre ella deberán regirse exclusivamente por el Código Civil. Eliminar el Fuero Agrario.
  • La actividad agraria se regirá por una economía social de mercado
  • El acceso a la propiedad de la tierra deberá estar permitido a cualquier persona natural o jurídica, sea nacional o extranjera.
  • Las empresas campesinas, cualquiera que sea su forma de organización podrán decidir libremente sobre el cambio de su forma empresarial
  • Promover y garantizar la inversión privada en la habilitación de tierras eriazas de la costa, sierra, ceja de selva y selva.
  • Promover y garantizar la inversión privada en la agroindustria
  • Promover el aprovechamiento de aguas subterráneas y la implantación de sistemas de riego tecnificado. El usuario que con sus propios recursos invierta en la obtención de aguas subterráneas o en la implantación de sistemas de riego tecnificado, no sufrirá menoscabo de su dotación original de agua
  • Establecer un sistema claro y definido para garantizar los derechos del uso del agua, su regulación y administración. Los usuarios tendrán participación en estas tareas
  • El régimen laboral de los trabajadores del campo se regirá por normas que contemplen las características particulares de las actividades agrarias. Incorporar normas que reconozcan la temporalidad de los trabajos agrícolas en la utilización de mano de obra.
  • Se permite el arrendamiento de tierras, así como su libre transferencia o disposición • Las invasiones de tierras se resuelven en plazos sumarios
  • En caso de expropiación de tierras, estas se regirán por la Ley General de Expropiaciones y la indemnización a los propietarios será pagada previamente a valor de mercado y en efectivo.
  • La comercialización interna, así como la importación y exportación de insumos agrarios puede ser efectuada libremente por cualquier persona natural o jurídica.

A cada uno de estos puntos base se le añadieron comentarios para mayor precisión. Terminado de redactar el documento alguien sugirió comunicarse con el Ministro de Agricultura, el Ing. Ross Link. Allí nos enteramos que las instrucciones eran entregárselo exclusivamente al Vice-Ministro de Agricultura Ing. Absalón Vásquez y que este pasaría personalmente a recogerlo.

Existía también consenso entre los presentes, que a pesar que el Gobierno había obtenido del Parlamento la delegación de Facultades Legislativas para promulgar Decretos de Urgencia, la trascendencia de un dispositivo legal que desmontaba todo un tinglado marxista que había penetrado más de lo estimado dentro de la estructura nacional, provocaría la reacción de los partidarios de esta ideología, que sus voceros alardeaban que serían multitudinarias.

EL ANUNCIO DEL GOBIERNO. EL FIN DE LA NEFASTA REFORMA AGRARIA

Se temían huelgas, desbordes y excesos en las calles. Pasaron varias semanas y del Decreto nada se sabía. Yo estaba convencido que otra vez más nos habían tonteado y hecho trabajar por gusto. Esto se había convertido ya en una costumbre, la burocracia al final siempre vencía. Una mañana muy temprano me llama el Ing. Remolina. ¿Has visto el periódico?… Absalón Vásquez ha dado ayer una conferencia de prensa en el Colegio de Ingenieros anunciando la Ley que deroga la Reforma Agraria. En efecto allí estaba todo, casi tal cual lo habíamos redactado, sin mayores cambios.

Lo que no quedó claro fue por qué la conferencia de prensa no la dio el Ministro de Agricultura. El Ing. Vásquez abordó muchos puntos, pero los principales fueron: “El Gobierno está decidido a terminar con el perjudicial modelo paternalista agrario que durante 22 años ha postrado al agro nacional…” “Que la perjudicial norma propició una fuga masiva de los trabajadores calificados del agro a los cuales se satanizó y presentó como gamonales, terratenientes, latifundistas y enemigos del campesino pobre, cuando estos solo cumplían con su trabajo calificado que hoy tanta falta hace, porque muchos emigraron a países vecinos.” “Esta ley alentó un gobierno paternalista, intervencionista y la formación de grandes monopolios de empresas estatales y millonarios negociados que tanto daño han hecho al país.”“Primero debe restituirse el pleno derecho a la propiedad de la tierra y otorgar la seguridad jurídica de esta propiedad” …”

Si no hay seguridad jurídica de la propiedad de la tierra, persistirá la incertidumbre que por 22 años ha afectado a los productores”- “La nueva ley de promoción debe desterrar definitivamente el intervencionismo estatal y fomentar la libre competencia en todas las actividades del agro. Así mismo promover el desarrollo de inversiones en las tierras eriazas” , “La nueva ley de promoción va a fijar reglas claras y estables para alentar una mayor producción y productividad. Establecerá que los precios de los productos agrarios no pueden ser fijados por decreto sino por el libre mercado”.

Todos esperábamos después de este anuncio la reacción de las fuerzas de izquierda que habían apoyado la R.A. de Velasco, pero el ambiente se mantuvo relativamente tranquilo. Traté de indagar con los líderes más belicosos del Congreso, pero no soltaron prenda, lo que si percibí fue que ellos también estaban decepcionados por la forma en que se había aplicado dicha ley. Por fin, el 30 de Julio de 1991 se publica el Decreto Legislativo N°653, con el título “Ley de Promoción de las Inversiones en el Sector Agrario”. A mí en particular no me gustaba el título, más apropiado hubiera sido “Ley que elimina las trabas que impiden las inversiones en el Sector Agrario”.

El Ministro de Agricultura Rossl Link no la firmó, había salido de viaje, lo hizo su remplazante el Ministro de Salud Víctor Yamamoto Miyakawa. Se especulaba que Rossl no estaba de acuerdo, pero tampoco renunció. Los objetivos del memorándum original se habían trasladado al texto del Decreto sin mayores modificaciones. El Departamento Legal del MINAGRI había cumplió bien su función.

Lamentablemente habían excluido de esta ley a las comunidades campesinas de la sierra, las que seguirían prisioneras viviendo en la prehistoria de la economía y en calidad de supuesto botín de ideólogos marxistas. Mientras el resto del país progresaba, estas comunidades se empobrecieron más. Tarde o temprano habrá que corregir esto, antes que explote.

En el Congreso hubo voces de protesta de las bancadas de izquierda, pero quien llevó la voz estridente, calificó de traición a la patria y lanzó arengas amenazantes fue el partido de Acción Popular. El DL 653 quedó firme y vigente. Pero uno de los puntos más importantes y que pocos lo valoraron, era lo contenido en la primera disposición final. Centenares de normas legales derogadas. Caían varias leyes importantes, entre ellas la 17716 de Reforma Agraria con sus más de 50 adiciones y modificaciones y con ellas también un cerro de resoluciones y decretos reglamentarios.

Si uno se toma el trabajo de revisar toda esta avalancha legal, podrá comprobar que, en la exposición de motivos de cada uno de estos documentos, viene incluido como objetivo de la noble promesa, la mejora social y económica del campesinado pobre. En la realidad, el resultado que produjeron fue exactamente lo contrario.

EL RENACIMIENTO DE LA AGRICULTURA

Con una reacción inusitada por lo inmediata, surgió una nueva generación de agricultores que se lanzó a hacer carrera en el agro y solo se explica esta actitud por el grado de confianza generado. Con modernos sistemas de riego económico comenzaron a sembrar los desiertos de la costa, trajeron técnicas y metodologías de última generación, buscaron nuevos mercados para productos más rentables, dieron mayor valor a la producción creando agroindustrias y en algunos rubros el Perú comenzó a figurar entre los países más destacados mundialmente.

Por otra parte, los trabajadores que rechazaron las empresas colectivas donde pretendían mantenerlos sometidos y que en pocos meses obligaron al gobierno a reconocer su nuevo status, ya no de “proletarios” sino de “nuevos burgueses”, que era lo que ellos ambicionaban, al trabajar directamente sus parcelas y tomar ellos mismos sus decisiones sin injerencias políticas, los rendimientos unitarios se incrementaron notablemente.

De las 671 empresas colectivas que se formaron, más del 99% se disolvieron por acción e iniciativa de sus supuestos beneficiarios, hoy no queda ni rastro de ellas. Con esto se cerró un nuevo intento fallido de comunizar al país. Los números pueden hablar mejor que las palabras. Los siguientes gráficos son suficientemente indicativo:

                           CUADRO 1: CRECIMIENTO DEL PBI DESDE LA VIGENCIA DEL D. LEG. 653

                                                         

         CUADRO 2: CRECIMIENTO DE EXPORTACIONES AGRÍCOLAS DESDE LA VIGENCIA DEL D. LEG. 653

                                                           

      CUADRO 3: COMPARATIVO DE PRODUCTIVIDAD POR HECTÁREA GOBIERNO DE VELASCO Y D. LEG. 653

                                                           

                CUADRO 4: COMPARATIVO DE PRODUCCION AGRÍCOLA GOBIERNO DE VELASCO VS. D.LEG. 653

                                                             

                          CUADRO 5: COMPARATIVO CONSUMO REFORMA AGRARIA VS. D. LEG. 653

                                                             

                            CUADRO 6: CONSUMO DE PROTEÍNAS REFORMA AGRARIA VS. D. LEG. 653

                                                            

                                               CUADRO 7: REDUCCIÓN DE POBREZA EXTREMA EN EL PERÚ

 

NOTA: Según del INEI, del año 2007 al 2019 (últimos datos comparables), gran parte como resultado del Decreto Legislativo 653, la Pobreza Extrema en el ámbito rural bajó en la sierra de 40.2% a 12%; en la selva rural de 21.9% a 7.1% y en la costa rural de 11.0% al 2.1%. En el caso del departamento de Ica la pobreza extrema se ha reducido al 0.7% colocando a esta región a niveles de país desarrollado. Estos logros se han conseguido a pesar que se ha incrementado la pobreza en amplias zonas de la sierra, donde el minifundio se ha agravado debido principalmente al régimen comunal al que están sometidos. De no ser por esta situación la pobreza extrema en la sierra rural podrá, haber estado entre 6% y 7%.

 

 

                                                                           

 

Nota al pie: Jamás había redactado un decreto, toda mi vida me la pasé produciendo y haciendo cosas para crear nuevos puestos de trabajo y producir más. Siempre sostuve el principio que las plantas no dan mejor cosecha por la influencia de dispositivos legales sino por la acción de quienes las cultivan con real eficiencia.

 

Inicialmente pensé que este decreto que produjo el despegue de una parte del agro nacional contradecía este principio, pero no era así. Para mi tranquilidad los beneficios logrados no se debieron a la acción de nuevos decretos sino a que se derogaron los que estaban trabando el desarrollo. 

 

Ya puedo dormir tranquilo.

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